sábado, 14 de noviembre de 2009

BIBLIOGRAFIA ANOTADA No 9 POBREZA DIGITAL

Libro: DIGITAL POVERTY: LATIN AMERICAN AND CARIBBEAN PERSPECTIVES (Pobreza Digital: Perspectivas latinoamericanas y del Caribe), Editorial CIDE., 2.007. México


Autores:
Investigadores miembros del Diálogo Regional sobre Sociedad de la Información (DIRSI):
  • Galperin, Hernánavid
  • Barja, Gover
  • Gigler, Björn-Sören
  • Barrantes, Roxana
  • Mariscal, Judith
  • Carla Bonina
  • Dussan, Jorge
  • Roldán, Juan Manue

Propósito:
Discutir las nociones de pobreza, necesidades de información y tecnologías de información y comunicación (TICs), con el objetivo de proponer un concepto de pobreza digital que permita posteriormente realizar estimaciones sobre el nivel de pobreza digital en América Latina y el Caribe Este libro constituye la primera publicación del Diálogo Regional sobre la Sociedad de la Información (DIRSI), una red regional de reconocidos investigadores que se ocupan de la creación y diseminación de conocimientos para apoyar la participación efectiva de las comunidades pobres y marginalizadas de América Latina y el Caribe en la Sociedad de la Información.

Audiencia:
Este libro está orientado a los gobernantes y al público en general interesado en hacer que las TICs se encuentren al alcance de todos los ciudadanos.

Metodología:
El libro está basado en la opinión y experiencia de los autores, constituye la primera publicación del Diálogo Regional sobre la Sociedad de la Información (DIRSI), una red regional de reconocidos investigadores que se ocupan de la creación y diseminación de conocimientos para apoyar la participación efectiva de las comunidades pobres y marginalizadas de América Latina y el Caribe en la Sociedad de la Información.

Conclusiones:
Los autores llegaron a las siguientes conclusiones:
1.    La construcción de la sociedad de la información debe ser complementada con una visión y políticas pro-pobre. Para ello se define el concepto de pobreza de información y comunicación, se introduce el criterio de localidad línea de pobreza para su identificación y se sugiere cálculo del costo económico de alcanzar dicha línea para su medición agregada. En este proceso se reconoce la importancia de las restricciones estructurales y tecnológicas que enfrenta una sociedad y se explica cómo éstas determinan y son determinadas por la pobreza de información y comunicación.
2.    El concepto de “pobreza digital” es uno que, como tal, no aparece frecuentemente citado en las discusiones. El concepto más utilizado es el de “brecha digital” generalmente entendida como caracterizando las desigualdades en el acceso y uso de TICs a nivel de hogares o a nivel de países y que es objeto de medición frecuente. Frente al concepto de brecha, el concepto de pobreza digital trata de capturar el nivel mínimo de uso y consumo de los diversos atributos de las TICs, así como los niveles de ingreso de los pobladores para hacer efectiva una demanda. Al introducir el concepto de pobreza digital, se esta afirmando que la preocupación no estará centrada en cualquier información y cualquier comunicación, sino en aquella que puede ser almacenada, puesta a disposición, usada y consumida por medios digitales. Se introduce así una dimensión específica referida al uso de computadoras u ordenadores de información o de tecnologías de comunicación digitales que amplíen la funcionalidad de los equipos, como los teléfonos móviles a objeto de permitir tal información y comunicación.
3.    El mercado juega un papel en la expansión de la red en América Latina. Aún cuando las políticas de acceso universal han logrado cierto éxito en combatir la brecha digital, el tema del acceso masivo a los servicios de TICs aparece más directamente relacionado con la regulación del sector y con el grado de competencia que impera en el sector. Se presenta el proceso de expansión en América Latina de los grandes operadores de Telefónica
4.    Aun cuando los beneficios obtenidos con el ingreso de los capitales privados a la región han sido considerables, principalmente porque fue posible realizar las inversiones necesarias para facilitar el acceso de la mayoría de la población a las nuevas tecnologías, el modelo de gestión actual también ha dado lugar a un nuevo nivel en las relaciones entre los usuarios y las mega-empresas que dominan la industria de las TIC.
5.    Existen grandes problemas de acceso a redes y servicios TICs en comunidades pobres o aisladas (mayormente rurales) en América Latina y el Caribe. La respuesta convencional a este problema ha sido crear incentivos y ofrecer subsidios públicos para que los operadores tradicionales cubrieran la diferencia entre las tarifas y los niveles de recuperación de costo.
6.    Es necesario implementar un modelo depurador como marco en el cual se pueden contemplar soluciones TIC para las comunidades que sufren la amenaza de la exclusión digital. El modelo debe dividir el problema en dominios prácticos, dentro de los cuales puedan irse destilando soluciones TIC realistas y apropiadas.
7.    Existe una gran desigualdad en los niveles de acceso a las TICs en países y regiones, claramente también hay divergencias de políticas y normativas, con grandes diferencias evidentes entre las capacidades de las naciones para idear políticas de la Sociedad de la Información apropiadas y efectivas, las capacidades y la experiencia institucional de los reguladores y los marcos jurídicos nacionales, las tradiciones democráticas y la infraestructura social, todo lo cual influye en la capacidad futura para participar de la sociedad y de la economía de la información.
8.    A pesar de las diferencias en los cimientos en el ámbito de la diferentes naciones de la región para trascender los sectores débiles de las TICs, tres cosas se mantienen relativamente constantes:
a.    La “sociedad de la información” y la “economía de la información” emergentes le dan al sector de las telecomunicaciones una importancia exagerada en la determinación de la forma de las economías y sociedades modernas. Un elemento clave para idear políticas efectivas son las evaluaciones precisas y detalladas del terreno actual de las TICs.
b.    La regulación es cada vez más compleja. Entre algunos de los factores principales que contribuyen a esta complejidad se encuentran el carácter cambiante de las empresas que se regulan (actores privatizados, de propiedad extranjera, de multi-industrias) y el impacto de tecnologías nuevas y convergentes. Para América Latina, la concentración creciente e invasiva del sector de las telecomunicaciones es de particular importancia.
c.    Las políticas y la regulación juegan papeles importantes para definir la expansión generalizada, la accesibilidad económica y la calidad, entre otros aspectos, de las infraestructuras de la información y para equilibrar los múltiples intereses que entran en competencia en relación a dicha infraestructura central. La protección del consumidor y el servicio universal son desafíos particulares para América Latina y el Caribe.

Estas conclusiones producto de la experiencia de los autores de este libro son compartidas y satisfactorias dado que su temática aspira a ser un insumo para las reformas políticas de la próxima generación, basadas en los logros de los esfuerzos dirigidos a la liberalización del mercado, pero que al mismo tiempo se ocupan de las realidades de lo que llamamos pobreza digital, un concepto que busca aprehender las múltiples dimensiones de los niveles de acceso inadecuado a los servicios de las TIC, al igual que las barreras que impiden su uso productivo.

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